
Una versión de la riquísima SALSA PESTO, esta vez con espinacas y anacardos.
El pesto es la salsa italiana por antonomasia. Una de las salsas más famosas, aclamadas, y versionadas que me tiene enamorada desde el primer día que apareció en mi vida.
La receta tradicional se hace machacando en un mortero hojas de albahaca con queso parmesano, piñones, ajo y aceite de oliva. El resultado es un manjar de color verde, con textura grumosa y sabor intenso, con el que acompañar pastas, tostas, o verduras, entre otros. A partir de la receta original, surgen mil versiones del pesto con diferentes hojas verdes y frutos secos.
La idea de utilizar espinacas en lugar de albahaca surgió por aprovechar las espinacas que siempre me acaban sobrando en la nevera. Me parece una opción estupenda para aprovecharlas además de ser una buena manera de comer verdura. La salsa pesto con espinacas queda riquísima.
En lugar de piñones he utilizado anacardos, una opción mucho más económica y accesible. Me gusta especialmente como queda el pesto con anacardos porque son suaves y no aportan un sabor fuerte, pero puedes hacerlo con otros frutos secos como almendras, avellanas, o nueces.
Aquí te dejo otros pestos que tengo publicados en el blog:
Pesto de albahaca y pipas de calabaza
CONSERVACIÓN: Guárdalo en un tarro bien cerrado en la nevera.
DURACIÓN: Te aguanta genial 1 semana mínimo.
- 60 g espinacas frescas
- 40 g anacardos tostados
- 40 g queso Grana Padano
- 1 diente de ajo
- 30 ml aceite de oliva virgen extra
- Un poco de sal
- tritura todos los ingredientes con el robot hasta conseguir una textura grumosa y uniforme. Y listo!
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