Tengo una historia de amor absoluta con el hummus. Ya no recuerdo cuando lo probé por primera vez, pero este paté de garbanzos árabe se coló en mi vida y se quedó para siempre. Por más perrerías que le haga, nunca me defrauda. Me encanta experimentar y mezclarlo con otros ingredientes que le aporten un toque de sabor diferente, o un color llamativo. En este caso, a la receta tradicional le he añadido un aguacate. Además de darle su puntito de sabor, la cremosidad del aguacate lo convierte en una crema untuosa y suave. Una delicia.
El hummus ya no es un plato desconocido, desde Medio Oriente se ha extendido a las mesas de todo el mundo. Es habitual encontrarlo en aperitivos, cenas de picoteo o en las cartas de los restaurantes. A mí me gusta untarlo en tostas y bocadillos, ponerlo como aderezo en ensaladas o comerlo untando crudités.
Os dejo aquí el link a la receta del hummus clásico: Hummus clásico, y la de esta versión con espinacas que tiene un color verde intenso que me encanta: Hummus de espinacas.
- 400 gr de garbanzos cocidos
- 1 aguacate maduro
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de tahini (pasta de sésamo)
- 1 cucharadita de comino molido
- Zumo de ½ lima o limón
- Una pizca de sal
- Una pizca de pimienta negra molida
- Un pelín de agua (si hiciera falta)
- Por encima: chorrito de aove, dados de aguacate y pimentón dulce o agridulce.
- Si utilizas garbanzos de bote, acláralos bien bajo el grifo de agua fría y escurre.
- Pela el aguacate y ponlo junto al resto de los ingredientes en el vaso de la batidora. Tritura hasta conseguir una textura cremosa y suave. Puede que tengas que abrir varias veces y remover para ayudar a que se mezcle. Si ves que lo necesita, añade un pelín de agua (muy poquita).
- El hummus se come frío así que guárdalo en la nevera bien tapado. Para servirlo, ponlo en un bol y hazle un surco con la cuchara. Reparte un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Decóralo con unos dados de aguacate y espolvorea pimentón dulce (o agridulce) por encima.